Desde
hace unos años, concretamente desde la llegada de los smartphones,
adquirimos aplicaciones para nuestros dispositivos, muchas de estas apps
solicitan una serie de permisos para su correcto funcionamiento. Con
estos permisos algunas aplicaciones pueden hacer cosas como guardar la
localización donde se tomó una foto, recomendarte un restaurante cercano
o sugerirte agregar a una persona que posiblemente conozcas en las
redes sociales. Aunque en la mayoría de estos casos nos convenga
compartir nuestros datos personales para disfrutar de estas interesantes
funcionalidades también es importante que tengamos un control sobre ello.
Al instalar y ejecutar por primera vez una app se muestra una solicitud en la que se detallan los permisos requeridos (y las razones por las que son necesarios)
para su funcionamiento. En algunos casos estos permisos son
fundamentales para que las aplicaciones funcionen correctamente, sin
embargo en algunas ocasiones pueden incurrir en una filtración de datos.
Según un estudio realizado por la empresa de ciberseguridad Wandera, al menos el 62% de las aplicaciones solicitan acceso a la galería de fotos, el 55% a la cámara y el 51% a la localización. Si tenemos en cuenta la proliferación de redes sociales como Instagram o Tik Tok
durante los últimos años no es sorprendente que haya varias
aplicaciones que soliciten acceso a la cámara de nuestros dispositivos.
El problema de esto reside en que en muchas ocasiones ofrecemos a estas
aplicaciones permisos que se necesitan muy puntualmente de manera
indefinida (en algunas apps el acceso a la galería solo es necesario para escoger tu foto de perfil), dejando una puerta abierta hacia nuestra vida personal y corporativa.
Figura 1: Permisos de acceso a micrófono |
En su estudio Wandera también ha aclarado cuales de estos
permisos son los más utilizados y peligrosos. Entre ellos se encuentran
el acceso indefinido a la localización, el acceso al micrófono y el
acceso a la galería y contactos. En el estudio también se ha podido
comprobar que las aplicaciones que más permisos solicitan son las
aplicaciones gratuitas y las de redes sociales o relacionadas con la
salud. En muchas ocasiones el abuso de estos permisos ha tenido una
repercusión mediática, en 2016 la aplicación de Uber implementó
una actualización que permitía a la app realizar un seguimiento de sus
usuarios durante 5 minutos tras haber finalizado un viaje (incluso habiendo cerrado la aplicación).
Esta información podía utilizarse para saber qué lugares frecuentaban
sus usuarios tras el viaje y saber a qué horas podrían tener un mayor
volumen de clientes. Es importarte recordar que en los dispositivos iOS es
posible gestionar todos los permisos de nuestras apps desde una
utilidad del sistema, con ella podremos comprobar que permisos solicita
cada aplicación y gestionarlos de tal manera que no pongan en riesgo
nuestra información personal.
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